El fotógrafo que susurraba a las espátulas

JAVIER MILLA / FOTÓGRAFO

Considerado uno de los mejores fotógrafos de naturaleza de nuestro país, Javier Milla ha regresado a Chiclana para inmortalizar con su objetivo la espectacular migración de las espátulas desde puntos como Torre Bermeja

Son las ocho de la mañana y los rayos de sol intentan ganar protagonismo en una jornada de final de agosto que, caprichosa, ha amanecido plomiza.
Es un día muy especial para CHN Magazine y, entendemos, que también para Chiclana, ya que nos hemos citado con Javier Milla para compartir una jornada de avistamiento y fotografía de espátulas que eleva aún más la notoriedad de nuestra localidad como punto estratégico de una de las últimas rutas de migración descubiertas entre Europa y África.
El lugar elegido es uno de los más bellos del litoral, Torre Bermeja, su entorno, con un telón de fondo (el Castillo de Sancti Petri y el manto de pinos de Lavaculo) que, como no duda en apuntar Javier, “ya justifica el viaje”.


Amante de Cádiz y su “extraordinaria diversidad”, este jiennense, considerado uno de los mejores fotógrafos de naturaleza de nuestro país, nos dice que aún mantiene la pasión que, en compañía de su padre, comenzó a experimentar “con tan solo diez años”.
Y es que ese primer ‘click’ con la Kodak Retina II de su padre lo cambió todo. Tanto que este arquitecto de profesión ha hecho de la fotografía su gran pasión, esa que le ha llevado a recorrer medio mundo en busca de imágenes únicas.


“Para mí, estar aquí, en este rincón tan espectacular de Chiclana, es un auténtico placer, ya que me permite ser testigo de excepción de un movimiento migratorio que hasta hace unos años era todo un misterio”, apunta mientras no deja de otear el horizonte en busca de ese primer bando de espátulas.


“Es curioso”, explica, “que hasta hace bien poco no se ha descubierto que las espátulas saltan a África desde este punto del litoral. Es más, se pensaba que volaban de noche y por eso no se las veía junto a otras aves migratorias en el entorno del Estrecho”. “Un feliz hallazgo” subraya, “que nos deja muy claro que la naturaleza aún guarda muchos secretos que desconocemos”.
Apasionado, muy en especial de la fotografía de aves, Javier Milla señala que “las espátulas son apasionantes. No solo por su bella estética, que es única, sino porque, a diferencia de otras muchas migratorias, son capaces de volar grandes distancias sin parar. De ahí que se aventuren a saltar a África desde aquí”.


“Tanto es así”, apunta, “que un ejemplar joven, que fue ‘bautizado’ con el nombre de ‘Alitas’, tomó tierra en Rabat, cuando debería haberlo hecho en Cabo de Espartel“. “Entiendo”, explica, “que el fuerte viento la desplazó de su ruta y la obligó a volar más 400 kilómetros de una vez; reto al alcance de muy pocas aves y, más aún, de las jóvenes”.


Convencido de que todavía le quedan muchos sueños fotográficos por alcanzar, Javier Milla señala que, “a diferencia de otras modalidades, en la fotografía de naturaleza hay que tener grandes dosis de paciencia, ya que los animales no tienen un comportamiento fijo y, como ocurre con las espátulas, alzan el vuelo cuando les parece y por los lugares que menos te piensas”. “Esa circunstancia”, resalta, “es en gran parte la salsa de la fotografía de naturaleza”.


“De lo que no cabe la menor duda”, concluye, “es que quienes tenéis la enorme suerte de vivir en una provincia como Cádiz gozáis de un gran privilegio, ya que en humedales como los de esta zona podéis avistar y fotografiar multitud de aves”.