Embajador del cante y el gracejo chiclanero
MANUEL RODRIGUEZ ‘EL BRILLANTINA’ / Cantaor
Se cumplen 50 años de la muerte del artista Manuel Rodríguez de Alba, ‘el brillantina’, destacado exponente de la forma de sentir y vivir de esta tierra
Hace unos días llamaba a la puerta de nuestra memoria, la chiclanera, uno de esos artistas que dejaron una profunda huella en el mundo del cante, el baile y el humor. Legado artístico que aún perdura y resuena más allá de las fronteras naturales de Chiclana, su tierra.
Nacido en la calle Fierro, Manuel Rodríguez de Alba, más conocido por ‘El Brillantina‘, fue un destacado exponente de todo eso que caracteriza a esta tierra: el humor fino e ingenioso, el cante con sentimiento y, sobre todo, la humanidad.
Rebelde con causa, Manuel tuvo que sortear la negativa de sus padres a que se dedicara al arte. Regate que, como cabía esperar, ejecutó con la mayor de las maestrías, compartiendo actuaciones y noches inolvidables con artistas de la talla de Caracol, Lola Flores, Juan Farina, Terremoto de Jerez, Bambino, Fosforito, Faico, Pansequito, Argentina Coral, Pericón de Cádiz, Juanito Maravilla, Flores El Gaditano, Beni de Cádiz, Rancapino y, entre otros, el bailaor Joselito el de Chiclana.
Incapaz de mantener una conversación sin que aflorara su particular gracejo, El Brillantina fue un auténtico nómada del arte, lo que le llevó a actuar en tablaos tan insignes como los de la Venta Vargas, las Cuevas de Nerja, Los Canasteros, Torres Bermejas, La Pagoda Gaditana, El Jaleo, El Corral y La Morería de Madrid, donde, según cuenta el director de cine Tito Fernández, conquistó con sus cantes y humor a actores míticos como Ava Gardner y Frank Sinatra.
El Brillantinatambién dejó su particular sello en el celuloide
Casado con María Ochoa, con la que tuvo un hijo, Manuel Rodríguez Ochoa, El Brillantina también dejó su particular sello en el celuloide.
Concretamente en la película ‘Una señora estupenda’, a la que fue invitado a participar por su amiga Lola Flores, compartiendo cartel con Gracita Morales y José Luis López Vázquez.
Pese a este ir y venir en busca del sustento familiar, Manuel Rodríguez nunca dejó de nombrar y visitar la tierra que lo vio nacer para ver a su madre y echar unos ‘cachitos’ con los amigos en la cantina Santa Mónica, propiedad de su cuñado Diego.
Desgraciadamente, Manuel falleció el 22 de febrero de 1970 en un fatal accidente de tráfico, tras actuar en la sala El Berrenchina. Muerte que lloró el mundo del arte y Chiclana.