Relaciones sociales y la antigua vecina villa de San Felipe

Antigua vecina de San Felipe

En estos últimos meses investigando sobre mi próximo libro que, junto con el profesor de la UCA, Francisco Glicerio Conde Mora estamos escribiendo, he hallado en una de las actas capitulares de nuestro Archivo Histórico Municipal un dato o curiosidad hasta ahora desconocido para mí y pienso que para otros compañeros investigadores.

Se trata de una antigua denominación de nuestra vecina y hermana ciudad de San Fernando. Y bien digo hermana, a pesar de la conocida, sana y pacífica rivalidad entre ambas: bromas, chistes, puyas, dimes y diretes… y sobre todo, un incesante trasiego humano entre Chiclana y San Fernando –y viceversa– que produce, como decimos los antropólogos, relaciones sociales, lo que a la postre hace sociedad.

Lo queramos o no estamos unidos por la Historia y algo más importante: por las relaciones parenterales entre las numerosas familias mixtas nacidas de la ciudadanía de una y otra población; relaciones de amistad, parentesco y vecindad que constituye una importante red familiar.

Lo queramos o no (San Fernando y Chiclana) estamos unidos por la Historia y algo más importante: por las relaciones parenterales

JOSÉ LUIS ARAGÓN PANÉS

Volviendo a nuestro asunto, y como decía antes, encontré el pasado mes de junio en el acta capitular del cabildo celebrado el 10 de junio de 1740, una descripción de las distancias entre Chiclana y la ciudad de Cádiz, y villas que lindan con nuestro término municipal.

Dice así: “… a la ciudad de Cádiz por el camino que llaman de la Barca y Rio Sn. Pedro se regulan quatro leguas= a la Rl. Isla de Leon oi nombrada Sn. Phelipe dos leguas…”

Bien sabemos que en un tiempo anterior se llamó Isla de León –por pertenecer al señorío de los Ponce de León–, y que Felipe V la incorporó a la Corona en 1729 convirtiéndola en villa de realengo, por lo que pasó a denominarse Real Isla de León, pero en la voz popular llegaron a nombrarla como San Felipe, de la misma manera que a principios del siglo XVI llamaron a nuestra ciudad Chiclana de la Grana.

Pero eso era cosa, como dijo el historiador Agustín de Horozco, que no sonaba en los entonces llamados “públicos instrumentos”, sino Chiclana de la Frontera. 

Así mismo ocurrió con San Fernando, que no tomará este topónimo hasta 1813, durante la Guerra de la Independencia, aunque cariñosamente seguimos llamándole la Isla, a la que acudimos con frecuencia a visitar a nuestros amigos –y a otros menesteres– cosa que no ocurre con otros municipios de nuestro entorno más próximo.

JOSÉ LUIS ARAGÓN PANÉS

Antropólogo