Sostenibilidad y cambio climático

Riada de Chiclana

Las recientes riadas causadas por una Depresión Aislada en Niveles Altos, DANA, que azotó Andalucía Oriental, Madrid y sobre todo en Murcia en estas últimas semanas nos ha recordado a muchos chiclaneros, las sufridas por esta ciudad en el siglo XX sobre todo la de 1965, que ni fue la primera (1901, 1935) ni la última (1992, 1996) del pasado siglo. Y otras de las que tenemos constancia en nuestros anales como las padecidas en el siglo XVIII. La más conocida la de 1740 que se llevó por delante el primer puente de piedra construido en 1735.

Esto pone de manifiesto una vez más que las implacables fuerzas de la naturaleza pueden aparecer en cualquier lugar del mundo y dejar un rastro de destrucción y muerte a su paso por lugares habitados donde antes crecía la naturaleza y las aguas corrían por su antiguo cauce. 

Nuestra hipermodernidad es heredera de proyectos urbanísticos, espacios urbanos antes agrarios, que se construyeron en el pasado. Ello unido a la situación climática cambiante han llevado a esta especial coyuntura. Solo los negacionistas del cambio climático – sin ciencia, sin sentido y sin futuro – enarbolan equivocadas banderas ante estos hechos. Hay que conjugar sostenibilidad con otras medidas contra el cambio climático.

Las implacables fuerzas de la naturaleza pueden aparecer en cualquier lugar del mundo y dejar un rastro de destrucción y muerte a su paso por lugares habitados

Es necesario que las ciudades sean lo más sostenible que podamos, entre todos, pues a todos nos atañe; que nos empeñemos en convertir nuestro hogar y nuestra ciudad en un modelo de sostenibilidad desde pequeños detalles cotidianos hasta involucrarnos en acciones hacia la comunidad y el municipio; exigir a nuestras instituciones desvelos y compromisos para que sea posible iniciar proyectos educativos y de concienciación ciudadana. Incluso ponderar gestos tan sencillos como el fomento e instauración del día o días de recogidas de plástico en nuestro municipio del mismo modo que celebramos el día de la bicicleta o cualquier otro dedicado al ocio o al deporte.

Desde que en el último tercio del siglo XX pasamos de lo urbano a lo rural convertimos a Chiclana en una ciudad singular con varios modelos de habitabilidad y sociabilidad; unas nuevas relaciones entre el ciudadano y el medio ambiente en donde vive y alejándonos del modelo de una ciudad global que en otras culturas inevitablemente sostienen, por lo que se hallan inmersos en proyectos de mejora de calidad lo que, con un poco de esfuerzo, nosotros conseguiremos.

JOSÉ LUIS ARAGÓN PANÉS

Antropólogo