El puente presa

Aunque como otras infraestructuras de su naturaleza, se construyó sobre las aguas del río Iro para perdurar en el tiempo, no llegó a cumplir ni 20 años

TEXTO: JOSÉ DE MIER // FOTO: PEDRO LEAL

Los puentes son construcciones que normalmente se realizan con materiales muy consistentes, con el fin de que perduren durante mucho tiempo. No sucedió así con nuestro “puente presa” que no llegó a cumplir los 20 años, se construyó en 1983 y ya en 1999 fue derribado al ensancharse el cauce del río Iro y aumentar la altura de los muros de defensa de la rambla.

Su hermano el primer “puente chico” que conectaba con la Alameda del río, tampoco llegó a cumplir muchos años, tan solo 38, de 1927 a 1965. Este si llegó a congraciarse con el ciudadano, a los que les cautivaban sus coquetos arcos  y sus espectaculares escaleras  de suaves y redondeados escalones. 

El puente- compuerta que, podemos observar, nunca llegó a confraternizar con sus vecinos y nadie lo echará de menos, lo veían más que como un puente como un artefacto raro y peligroso. Su plataforma  exageradamente baja, las siete pilas que interceptaban la corriente de las aguas y disminuían  la capacidad del cauce, así como las compuertas con sus aparatosos mecanismos mecánicos para izarlas o bajarlas, hacían dudar de su buen funcionamiento en caso de una gran avenida, que podría ocasionar una gran tragedia al taponar e impedir la rápida salida de las aguas.

Este puente, además de desaparecido, olvidado, se proyectó con la sana intención de además de unir la banda y el lugar con tráfico rodado, sirviera para regular las aguas del río Iro. La fotografía está tomada río abajo, de esa manera se podía observar el cielo de fondo con esas nubes, stratocúmulus, que parecen atraer el mal tiempo. No se percibe el movimiento de las aguas, estas parecen estancadas, ya que las compuertas al estar bajas impiden este movimiento y consiguen contener el volumen de agua, río arriba del puente.

Este puentes se proyectó para regular las aguas del río Iro pero también para unir la banda y el lugar con tráfico rodado

Nuestro Iro, recoge las aguas de los arroyos Salado, Palmetín y Valsequillo  por su margen derecha y el arroyo dela Cueva por la izquierda, cuando se producen los naturales arrastres de ramajes y tierras por causa de las lluvias torrenciales, todos estos acarreos se depositan en la parte más baja y plana que es la que se corresponde con el recorrido urbano hasta desembocar en el caño de Sancti-Petri. Este tramo final, el más urbano, está condicionado  por el comportamiento de las mareas.

Cuando la marea está baja, el cauce deja a la vista no solo los aterramientos naturales sino la gran cantidad de basuras y cachivaches que muchos desalmados suelen arrojar a su cauce, dando en esos momentos un aspecto de lo más deplorable en su paso por la ciudad, muy diferente al que presenta cuando se encuentra colmado de agua.

El intentar conservar el río lleno, a su paso por la ciudad, ha sido una muy buena y legítima aspiración a lo largo de los tiempos, que tal vez en la actualidad y debido a tantos adelantos hidráulicos, se pudiera conseguir con un sistema más seguro que el de aquel olvidado puente presa. 

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