Una vendimia para la esperanza

Además de ser más generosa en kilos que la del año
pasado, la vendimia 2021 pone a disposición de las
bodegas chiclaneras una uva de extraordinaria calidad

Aunque las vendimias de hoy día están muy alejadas de aquellas que, hace ya alguna década, impregnaban de aromas a uva palomino y rey el casco histórico de la ciudad y convertían sus calles en un ir y venir continuo de camiones y tractores plagados del preciado producto; Chiclana, su sector viticultor, sigue latiendo con fuerza y, sobre todo, con esperanza.
Optimismo que, con mayor o menor intensidad, se ha incrementado esta campaña con la inclusión, con todos los derechos y obligaciones, de sus vides en la zona de crianza de la denominación de origen Jerez-Xérès-Sherry.


“Aunque es una labor sacrificada, ni los años ni los riñones perdonan, para los que sentimos la viña desde muy jóvenes es un gran orgullo vendimiar y poder participar en ese proceso que da origen a los vinos de nuestra tierra”.
“A mi no me quedan muchas vendimias más, pero mientras pueda acudir lo haré. Es algo que se lleva muy adentro y que nos tira con fuerza”, señala con orgullo Juan Gómez, uno de esos veteranos vendimiadores que han vuelto a ser los grandes protagonistas de la vendimia chiclanera.


La faena, como delatan sus caras, no es fácil, con jornadas que arrancan muy temprano y se prolongan hasta bien entrada la mañana, normalmente bajo un sol que, como corresponde al mes de agosto, se deja notar con fuerza.


“La vendimias”, señala, “cada vez son más temprano (antes se prolongaban hasta finales de septiembre) y eso hace que las temperaturas sean más altas, lo que repercute en el cansancio”. “No obstante”, añade, “el placer de cortar cada racimo como antes, de la misma forma que lo hicieron nuestros padres y abuelos, lo recompensa todo“.


Y es que entre los muchos elementos de valor que contribuyen a potenciar el prestigio y la calidad de los vinos de Chiclana, sin lugar a dudas, la vendimia es uno de los mayores. Proceso que, al igual que ocurre con artes como la almadraba, no se ha visto alterado con el paso de los siglos y que, visto su carácter artesanal, interrelaciona directamente, piel con piel, al hombre con el fruto.


Fruto que una campaña más ha pasado en su mayor parte por las instalaciones de la Cooperativa Cooperativa Unión de Viticultores Chiclaneros, en las que se ha introducido una nueva herramienta para determinar la calidad de la uva y su uso para la producción de vino fino u otros.


MÁS KILOS Y GRAN CALIDAD

En total, la vendimia de esta campaña ha superado los 1,6 millones de kilos (igual que en 2018), una cifra algo superior a la de la pasada temporada, pero por debajo de aquellas que, no tan lejos, en 2008, superaban los 2 millones. No obstante, este leve incremento, la excelente calidad de la uva y la entrada de los vinos de Chiclana en la Denominación de Origen del Marco de Jerez llevan a pensar en un mejor posicionamiento de los vinos de la localidad en el mercado.