Residencias geriátricas, la otra gran ‘trinchera’

Francisco Reifs, director del grupo Reifs: “Afortunadamente, reaccionamos a tiempo y logramos blindar nuestra residencia”

Si como algunos dicen, estamos en una guerra, en este caso contra el COVID-19, las residencias geriátricas han sido y son parte importante de esa primera trinchera. Ese lugar en el que no caben los errores y en el que, como se está demostrando en centros como REIFS Chiclana, la entrega de un gran número de profesionales, la comprensión de los familiares y el comportamiento ejemplar de los usuarios se antojan pautas claves para doblegar al virus.

“Frente a una situación como esta no cabe otro camino que tomar todas las medidas necesarias y, como es nuestro caso, contar con un grupo de profesionales implicado al cien por cien”, explica Francisco Reifs, director general de dicho grupo en Andalucía. “Afortunadamente”, señala, “nosotros supimos leer lo que se avecinaba y, ya a finales de febrero, comenzamos a tomar medidas que, entiendo, han sido claves para que en nuestro centro de Chiclana no hayamos registrado ningún contagio“. Un conjunto de medidas que, según apunta, “se tradujo en el uso obligado de mascarillas y guantes, la aplicación de geles hidroalcohólicos y la toma de temperatura. Además de”, resalta, “intensificar la frecuencia del lavado de manos, algo esencial”.

Hemos contado con la complicidad de las familias”

FRANCISCO REIFS

“Medidas que, a principios de marzo y con la comprensión del 99 por ciento de los familiares, se completaron con la restricción de las visitas, algo que, visto que existen personas asintomáticas, ha sido fundamental en los centros geriátricos”. “La verdad es que no ha sido ni está siendo fácil, ya que hemos tenido que hacer un gran acopio de un material que se ha ido agotando con la demanda, lo que, incluso, nos ha llevado a adquirir chubasqueros agrícolas como EPIs”. “Una vez declarado el Estado de alarma”, añade, “dividimos la residencia en cuatro mini residencias, de modo que, de existir cualquier foco, este fuese más controlable y no afectara al conjunto”.

“Cada uno de estos espacios tiene su personal, contando con una zona de transición con medidas extremas de higiene“. Con ser importante estas medidas, Francisco Reifs pone el gran foco de atención en los trabajadores, “que, a través de una buena comunicación con la dirección y con los usuarios, están siendo fundamentales para, no solo levantar estos cortafuegos contra el COVID-19, sino para dar ese cariño y apoyo sicológico tan importante a nuestros abuelos. Sin esta implicación, nada sería posible”.

COMUNICACIÓN CONSTANTE

“Asimismo”, añade, “se ha establecido un canal de comunicación continuado entre usuarios y familiares a través de los distintos soportes (llamadas y videollamadas)”. En lo que se refiere al trato que los medios de comunicación han dado a lo sucedido en algunos centros, Francisco Reifs lamenta que, “sobre todo los grandes medios, hayan puesto a las residencias como focos de contagio, cuando la lógica y la razón dicen que el foco estaba en la calle y que, desgraciadamente, el virus se introdujo a través de personas asíntomáticas o antes de que se decretase el Estado de alarma”. “De lo que no cabe la menor duda”, concluye, “es que esto nos va a llevar a una profunda reflexión, que nos debe servir para aprender y mejorar. Al menos, eso espero”.