La rabia, una enfermedad olvidada

El pasado 14 de diciembre fallecía, en el hospital de Cruces en Baracaldo, una persona a la que unas semanas antes y durante unas vacaciones en Marruecos, le había mordido un gato que tenía la rabia. En España hoy está prácticamente erradicada y olvidada desde hace muchos años. Sin embargo, no por ello se debe bajar la guardia ante ella.

Precisamente hace unos meses, los Colegios Oficiales provinciales de Veterinarios de Andalucía y el Servicio Andaluz de Salud vienen desarrollando una campaña de sensibilización a la ciudadanía para que se vacunen las mascotas de los hogares con el fin de evitar la tan temida enfermedad; una campaña bajo el lema: “Hazlo por él, hazlo por ti. Vacuna de rabia”. 

Pues bien, ahora que los Reyes Magos han dejado algunas mascotas en casas para los más pequeños, no se olviden de vacunarlos como recomiendan los veterinarios. 

En Chiclana se dio un posible caso de rabia en noviembre de 1895

JOSÉ LUIS ARAGÓN PANÉS

Hace más de una centuria la rabia en nuestro país era endémica. Los perros, más que los gatos y los murciélagos, la transmitían y los niños eran su blanco favorito. Si alguno de esos perros rabiosos a los que se suponían hidrófobo, mordía a una persona, se les capturaba, se les cortaba la cabeza para enviarlas a Cádiz y allí se la examinaba. Si el perro tenía la rabia, al paciente se le inyectaba la vacuna creada por el doctor Pasteur en 1885, pero en una clínica de Barcelona: la del doctor Ferrán. No todos podían acudir allí, solo los más pudientes.

En Chiclana sucedió un posible caso de rabia el 18 de noviembre de 1895. El hecho llegó a la sesión ordinaria de cabildo, el día 22, en su punto 4º, mediante un oficio suscrito por los Médicos Titulares, Tenorio y Bommeaison: “Tenemos el honor de participar a E. E. que en el día de hoy á las cuatro y media de su tarde hemos reconocido á la niña de dos años Rosario Gandiaga Manzorro (…) con una pequeña erosión en la parte externa de la pierna izquierda, cuya lesión dicen ha sido producida por la mordedura de un perro hidrófobo desconociéndose si en efecto lo estaría, por no haber sido reconocido por perito alguno= Estimando los que suscriben debe marchar al Instituto Ferrand en Barcelona por si fuese cierto está hidrófobo”.

En la siguiente sesión de Cabildo se trató de los gastos del viaje de la niña y sus padres a Barcelona. Felizmente la niña sobrevivió, así me lo confirman sus actuales descendientes.

JOSÉ LUIS ARAGÓN PANÉS

Antropólogo